El rol de la digitalización del sector energético
El consumo energético es uno de los indicadores utilizados para medir el desarrollo económico de una sociedad.
Muestra de ello en el año 2020, año marcado por la pandemia de la COVID-19, el consumo energético mundial se redujo en 4,5 % respecto al 2019 por causa de las medidas de confinamiento, restricciones de transporte y paralización del sector industrial, siendo el mayor descenso desde la segunda guerra mundial y rompiendo la tendencia alcista de las últimas décadas.
A pesar de ello las mayores potencias mundiales siguieron liderando el consumo energético mundial en el año 2020 según los datos reflejados en el 70th edition Statistical Review of World Energy 2021, encontrándose España como el vigésimo país del mundo con mayor consumo energético.
Este año 2021 apunta a una recuperación del consumo de energía mundial a niveles del 2019 con niveles de contaminación inferiores, y diferentes agencias y administraciones predicen que el consumo energético mundial crezca un 50% en las próximas tres décadas.
Este continuo crecimiento del consumo energético mundial, el objetivo de reducción de emisiones de CO2, el crecimiento de generación de energía mediante recursos renovables, el desarrollo tecnológico y la posibilidad de descentralización de los centros productivos, convierten a la digitalización del sector energético en un aliado necesario para alcanzar dichos objetivos.
El sector energético ha sido uno de los que más ha desarrollado la digitalización en las últimas décadas aplicándolo en los sistemas de operación, generación y distribución. Sin embargo, como se ha indicado los nuevos retos y los rápidos cambios disruptivos que va a sufrir el sector hacen necesario que la digitalización de respuesta a los siguientes desafíos:
– Mayor control de la demanda: Si bien el sector ha realizado una mejora sustancial de los contadores de energía, las nuevas tecnologías contribuyen a la implementación de contadores inteligentes que permitirán un mejor control de la demanda a través de la obtención de patrones de consumo.
Los consumidores también se verán beneficiados al disponer de la información en tiempo real de su consumo y el importe de su factura. Como ejemplo, un usuario podría conocer el coste energético que tendría cocinar cada una de sus comidas.
– Comercialización digital de la energía: En este aspecto el sector ha avanzado mucho en los últimos años, mejorando la relación cliente-comercializadora a través de planes adaptados al consumo del cliente, gestiones administrativas ágiles, facturas electrónicas y posibilidad de cambios de compañía rápidos.
El sector a través de la digitalización deberá seguir mejorando la comercialización hacia una mayor democratización donde el usuario tenga mayor capacidad de elección (tipo de energía y procedencia de la energía que quiere consumir, planes totalmente adaptados a su caso particular, …). El cliente final cada vez tendrá un mayor protagonismo y capacidad de decisión.
– La futura movilidad eléctrica: La más que segura mayor presencia del transporte eléctrico va a obligar a cambios importantes en el sector energético y la digitalización va a jugar un papel clave no solo en las parcelas de generación y distribución, sino en el ámbito del transporte de mercancías y personas.
La digitalización permitirá una mayor eficiencia energética, optimización de rutas, gestión de aparcamiento con puntos de recarga, gestión de la carga de múltiples vehículos en los períodos nocturnos, información de los costes de las cargas y recomendación de los momentos idóneos para realizar las mismas.
– Adaptación a la industria 4.0: El nuevo concepto de industria 4.0 revolucionará el sector industrial y el sector energético tendrá que adaptarse a las nuevas necesidades de este.
La digitalización tendrá que permitir a las empresas una mayor monitorización de su consumo y coste energético y por tanto un mayor control de sus gastos productivos en cada momento que ayudará a tomar mejores decisiones, detectar deficiencias a través de consumos excesivos e identificar posibles ahorros.
– Ciberseguridad: A medida que se intensifique la digitalización, la conectividad, la utilización de dispositivos inteligentes los riesgos de ciberataques a un sector estratégico como el energético se incrementan exponencialmente.
Uno de los grandes retos de la digitalización será la implementación de una férrea ciberseguridad que evite los riesgos, además la actual y futura legislación no permitirá una digitalización sin garantías de seguridad.
Es el momento…
En el contexto energético actual tres de los principales problemas son el cambio climático, dependencia energética del exterior y crisis energética, lo que motiva el desarrollo de diferentes soluciones como las comunidades energéticas y el autoconsumo. En este marco, la digitalización tiene un papel fundamental, inicialmente como monitorización y posteriormente incorporando la inteligencia artificial para generar modelos de predicción de la demanda, predicción de generación e incluso predicción de precios, que darán soporte a la toma de decisiones y optimización de los procesos.
Dentro del paradigma de la digitalización surgen diferentes soluciones como sensores inteligentes, plataformas de monitorización, modelos predictivos, smart grids, gemelos digitales… Es un momento de grandes oportunidades para la digitalización del sector energético, de apostar por un cambio cultural centrado en las personas para dar soluciones inteligentes a los problemas actuales del sector energético basado en la digitalización y así generar nuevos modelos de negocio innovadores y sostenibles.
Artículo publicado en el Nº 27 de Dínamo Técnica, febrero de 2022. Autores:
Feliciano Fraguela Díaz. Dirección de obra en Grupo Intaf. Profesor asociado de la Universidade da Coruña (UDC).
Javier Basanta García. Área Maintenance Manager. Miembro del Foro Enerxético de Galicia. Coordinador AI-Industry en AI-Network.