Proyecto VOLTA: incorporar silicio a las baterías para crear coches eléctricos más eficientes
Una de las principales líneas de investigación de CETIM Technological Centre es la de nuevos materiales para almacenamiento energético. Uno de sus proyectos de referencia en el ámbito del Vehículo Eléctrico y Conectado es la Unidad Mixta de Investigación (UMI) VOLTA, en la que CETIM colabora con Ferroglobe Innovation desde 2022 para investigar baterías innovadoras de ion litio con silicio y materiales carbonosos que permitan avanzar hacia una movilidad más sostenible, en cuanto a eficiencia y huella medioambiental.
Las configuraciones químicas y sus materiales son críticos para avanzar hacia la electromovilidad sostenible. “Disponer de baterías con más potencia, más duración y mayor rapidez de carga es ya una necesidad del presente”, afirma Rosalía Noguerol, Responsable de Materiales Avanzados en CETIM, que añade que “debemos apostar por la no dependencia de materias primas críticas o recursos fósiles y desarrollar materiales más sostenibles para solucionar los problemas existentes en el sector de la movilidad”.
El proyecto VOLTA, que cuenta con una inversión de 2 millones de euros subvencionados por la Xunta de Galicia a través de GAIN, está consiguiendo revalorizar residuos agroforestales e industriales de proximidad y de alto impacto en Galicia para que, en combinación con silicio, mejoren la sostenibilidad y las prestaciones de las baterías de ion litio. Alicia Bañón, investigadora de la línea de Materiales para Almacenamiento Energética de CETIM y del proyecto afirma que “en los ánodos preparados, se han realizado sustituciones del 100% del grafito por los materiales carbonosos porosos obtenidos”.
Además, con el apoyo del área de Industria Digital de CETIM, se ha desarrollado una aplicación a través de tecnologías blockchain para conocer la trazabilidad de los residuos y subproductos que serán utilizados en las baterías ion litio. “El conocimiento y recopilación de estos datos facilitan el futuro reciclaje y reutilización al final de su vida útil, así como la realización de cálculos de emisiones o reducciones de dióxido de carbono”, aclara Bañón que añade que “a través del uso de estos materiales, se logrará el desarrollo de baterías de menor peso”. El peso del ánodo se reducirá en más de un 50%, lo que repercutirá positivamente en la autonomía de las baterías, en el diseño de los automóviles eléctricos, y en la conducción, que será mucho más eficiente.