Imagina un barrio o una aldea donde los vecinos no solo comparten historias, sino también energía. Donde cada rayo de sol no solo ilumina hogares, sino que enciende oportunidades de ahorro y sostenibilidad. Este es el corazón de las comunidades energéticas, una iniciativa que no pertenece al futuro: está sucediendo ahora.

Las comunidades energéticas están dejando de ser un concepto del futuro para convertirse en una realidad tangible que está transformando la forma en que consumimos y gestionamos la energía. Estas iniciativas, basadas en la colaboración y la sostenibilidad, representan una oportunidad única para democratizar el acceso a la energía renovable y fomentar el desarrollo local.

¿Qué son las comunidades energéticas?

Una comunidad energética no es solo un grupo de personas produciendo energía. Es una organización voluntaria cuyo objetivo no es la ganancia económica, sino generar impacto social, ambiental y económico para sus miembros. Estas comunidades democratizan la energía al permitir que ciudadanos, pymes y gobiernos locales sean más que consumidores: sean protagonistas.

Existen diferentes tipos según las directrices de la Unión Europea:

1. Comunidades de Energías Renovables (CER): Se centran en proyectos de energía renovable y están compuestas por socios ubicados cerca de las instalaciones. Su objetivo es generar beneficios ambientales y sociales en lugar de ganancias económicas.

2. Comunidades Ciudadanas de Energía (CCE): Estas comunidades abarcan un ámbito más amplio dentro del sector eléctrico y están controladas por sus socios, quienes pueden ser ciudadanos, autoridades locales o pequeñas empresas.

3. Comunidades Energéticas Locales (CEL): Herramientas clave para integrar a las personas en el sistema energético, transformando la energía en un bien colectivo.

Beneficios de las comunidades energéticas

El modelo de comunidades energéticas ofrece múltiples ventajas tanto a nivel individual como colectivo:

1. Ahorro energético: La generación local reduce costes y mejora la eficiencia.
2. Descentralización: Promueve un sistema energético más resiliente y menos dependiente de grandes operadores.
3. Autonomía energética: Fomenta la autosuficiencia y disminuye la huella de carbono.
4. Fomento del empleo local: Genera puestos de trabajo en sectores relacionados con las energías renovables.
5. Empoderamiento ciudadano: Da a las personas un mayor control sobre su consumo energético y las decisiones relacionadas.
6. Concienciación ambiental: Inspira a las comunidades a adoptar prácticas sostenibles.

En palabras simples, se trata de devolver el control de la energía a las personas, permitiendo un consumo más consciente y equitativo.

Galicia y el futuro de las Comunidades Energéticas

Comparada con otras regiones como Cataluña, Euskadi o la Comunidad Valenciana, Galicia aún enfrenta desafíos, pero proyectos piloto como EC4RURAL o COMENERG están allanando el camino hacia un modelo sostenible. Con recursos locales como biomasa y residuos agrarios o desarrollando experiencias piloto de generación fotovoltaica, fomentando la cooperación transfronteriza y la transición energética la comunidad gallega está transformando retos en oportunidades.

Estas iniciativas buscan empoderar a los ciudadanos rurales para que se conviertan en “prosumidores”, es decir, consumidores que también producen energía.

Además, el programa “Aldeas Inteligentes” de la Xunta de Galicia está sentando las bases para un modelo modular que puede replicarse en diferentes localidades, mejorando la calidad de vida y fomentando la sostenibilidad.

Desafíos de las comunidades energéticas

A pesar de sus beneficios, el desarrollo de estas comunidades enfrentan obstáculos importantes:

1. Burocracia compleja: Los procesos administrativos, desde licencias hasta trámites legales, son lentos y desincentivan a los participantes.
2. Falta de financiación: Aunque existen subvenciones, estas no siempre son suficientes ni llegan en el momento adecuado.
3. Limitaciones técnicas: Muchas comunidades carecen de conocimientos especializados para gestionar proyectos energéticos.
4. Concienciación ciudadana: Es necesario educar a la población sobre los beneficios de participar en estas iniciativas.

En Galicia, por ejemplo, las restricciones legales sobre dónde se pueden instalar infraestructuras energéticas limitan la expansión de proyectos, especialmente en áreas rurales.

Oportunidades y soluciones

Superar estos retos requiere un enfoque colaborativo entre instituciones, ciudadanos y empresas. Algunas estrategias clave incluyen:

– Simplificación administrativa: Reducir los trámites burocráticos para facilitar la creación de comunidades.

– Formación y asesoramiento: Invertir en programas educativos para capacitar a las comunidades.

– Impulso institucional: Diseñar políticas que promuevan la participación ciudadana y faciliten el acceso a fondos.

– Uso de tecnología: Implementar herramientas digitales para monitorizar y gestionar el consumo energético de manera eficiente.

Por ejemplo, las Oficinas de Transformación Comunitaria (OTC) en Galicia están desempeñando un papel crucial al ofrecer asesoramiento y acompañamiento técnico para la creación de comunidades energéticas.

La dependencia del transporte individual en la Galicia rural para el desarrollo de los hábitos más cotidianos del día a día, al casi el 100% mediante vehículos de motor a combustión, crea una dependencia a los combustibles fósiles. Además, la población residente en estas áreas carece de un transporte colectivo que ofrezca horarios frecuentes para que la gente de avanzada edad acuda al médico por ejemplo o a desplazarse a la población más cercana que disponga de los servicios que habitualmente se necesitan.

¿Por qué no se colectiviza e integra en las comunidades energéticas locales un servicio público de transporte colectivo eléctrico?

El papel de los datos en la transición energética

La recopilación y gestión de datos es esencial para el éxito de las comunidades energéticas. Al analizar patrones de consumo y producción, es posible optimizar el uso de recursos y garantizar una distribución equitativa de la energía generada. Además, la estandarización de estos datos permitirá la integración de dispositivos y la participación en mercados locales de energía.

La visión a largo plazo incluye un modelo de “Energía como Servicio”, donde los consumidores sean dueños de los activos energéticos y puedan participar activamente en el mercado.

La tecnología es el pilar que sostiene esta transformación. Desde sistemas de monitoreo energético hasta aplicaciones para optimizar el consumo o software para comunidades energéticas, los datos permiten:

• Identificar patrones de uso.
• Mejorar la eficiencia.
• Empoderar a los usuarios con información clara.

¿El objetivo? Crear un sistema donde los ciudadanos puedan controlar su energía y participar en mercados locales de forma sencilla.

Un futuro sostenible y colaborativo

El desarrollo de comunidades energéticas es más que una tendencia; es una necesidad para avanzar hacia un modelo energético sostenible y equitativo. Galicia, con su enfoque en iniciativas locales y proyectos piloto, está demostrando que es posible transformar el sistema energético desde la base.

Sin embargo, el éxito de estas comunidades depende de la capacidad para superar barreras burocráticas, garantizar la financiación adecuada y fomentar una participación ciudadana activa. Al hacerlo, no solo se reducirá la dependencia de fuentes fósiles, sino que también se fortalecerán las comunidades locales y se promoverá la sostenibilidad ambiental.

Conclusión: Energía en Manos de las Personas

Las comunidades energéticas son más que un proyecto: son una revolución que redefine cómo entendemos la energía. Desde reducir costos hasta mitigar el cambio climático, estos modelos colaborativos son esenciales para un futuro más verde.

El momento de actuar es ahora. ¿Qué rol jugarás tú en esta transición?

Si queremos un sistema energético sostenible, la respuesta está en trabajar juntos. Porque el futuro no se construye solo: se genera colectivamente.

Autor: Julio Campo, CCO & Energy Communities Specialist de PYLON DATA.

Artículo para la versión digital de Dínamo Técnica.