La eficiencia energética como nuevo nicho de empleo en la próxima década
La lucha contra el Cambio Climático y en especial la aprobación del Protocolo de Kyoto en 1997 supuso un auténtico revulsivo en la implantación de instalaciones de energías renovables, debido a que la Unión Europea empezó a considerar estratégica la reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (G.E.I.) y por lo tanto impulsó especialmente las tecnologías respetuosas con el medio ambiente. Gracias a una magnífica labor por parte del Inega, Galicia lideró durante los primeros años del siglo XXI la implantación de energía eólica en España siendo referente a nivel mundial; además de una gran potencia implantada nuestra Comunidad Autónoma era exportadora en tecnología y fabricación de aerogeneradores, turbinas o palas, con grandes beneficios económicos que se extendieron a toda la población. Además de los beneficios económicos directos debemos destacar que en el subsector de la energía renovable la tasa de reinversión de beneficios es muy elevada, además de crear empleos cualificados, fijar población en el rural y la mejora de las comunicaciones que genera esta tecnología.
La firma del Acuerdo de París contra el Cambio Climático de 2015 nos puede dar otros interesantes beneficios. Entre otros acuerdos los países más importantes del mundo pactaron una “movilización económica” de unos 100.000 millones de dólares al año, a partir de 2020 para la reducción de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero y luchar contra el Calentamiento Global. Si bien es cierto que el acuerdo es difuso y no vinculante podemos estar ante un nicho de mercado que no debemos desaprovechar.
Si bien a principios del siglo XXI las energías renovables protagonizaron la lucha contra el Cambio Climático es ahora el momento de la eficiencia energética. Una vez que las tecnologías renovables han alcanzado su madurez y competitividad económica parece inevitable que la apuesta por la reducción de emisiones se centre en la eficiencia energética, actuaciones por las que cualquier particular puede apostar; una instalación de energía solar térmica, la sustitución de gasóleo como combustible en calderas, la implantación de alumbrados eficientes o una sustitución de tecnologías obsoletas en pequeñas fábricas es una tarea al alcance de muchas economías domésticas y PYMEs; además los esfuerzos de las administraciones públicas como la aprobación de la Directiva Europea de eficiencia energética o el Real Decreto 56/2016 deben facilitar la creación de miles de empleos relacionados con la eficiencia energética en la década 2020-2030.
Editorial del Nº 22 de Dínamo Técnica.
Autor: Fernando Blanco Silva. Director de la revista. Ingeniero Industrial y Doctor en Desarrollo Sostenible.