Entrevista a Óscar López Blanco, Delegado de Negocios Industriales de Applus+ en Galicia
Óscar López Blanco (A Coruña, 1979) es Ingeniero Agrícola por la Universidad de Santiago de Compostela, y eMBA, con una amplia experiencia en la gestión de proyectos.
En 2001 inició su carrera en Applus+ donde ha ocupado distintos puestos de responsabilidad en proyectos del sector eléctrico e industrial, trabajando con grandes clientes tales como Naturgy, Red Eléctrica de España, Iberdrola o Enel, así como con Administraciones Públicas. Actualmente es el Delegado de Negocios Industriales de Applus+ en Galicia, cuya gestión incluye las áreas Eléctrica, Mecánica, Seguridad Industrial y Telecomunicaciones.
Durante los últimos años la energía eólica ha sido la renovable que ha experimentado un mayor crecimiento en Galicia, siendo esta Comunidad una de las principales potencias de recurso eólico a nivel nacional. ¿Considera que la eólica continuará liderando el sector energético renovable de nuestra región en los próximos 5 años?
En estos momentos Galicia produce tres veces más energía eléctrica de procedencia eólica que Cataluña y una cantidad bastante superior a la generada desde Andalucía, que cuentan con el triple de población y de superficie, respectivamente. Esto refleja el gran potencial de la región gallega respecto a este tipo de energía renovable, favorecida especialmente por las condiciones ambientales, geográficas y climáticas de nuestro entorno. Con tan solo un megavatio de la energía producida en los parques eólicos de la región, se pueden iluminar unas 330 viviendas durante una hora. Si los nuevos proyectos presentados ante la Administración se aprobaran, Galicia acabaría contando con capacidad propia para iluminar casi 2,7 millones de hogares a través de energías renovables, lo que reforzaría aún más el papel de la región.
Gracias a la energía eólica producida por los parques gallegos, se han conseguido evitar 5,4 millones de toneladas de Co2 durante el periodo 2019-2020 y se generaron más de 7.000 puestos de trabajo, según la Asociación Eólica de Galicia. Promover esta energía no solo sería una solución ante la contaminación y el cambio climático, sino que permitiría reducir la tasa de paro de nuestra comunidad y mejorar las condiciones de vida de sus habitantes, en el más amplio sentido de la palabra.
En los últimos tiempos ha proliferado mucho el término “Repowering”, como referencia a la optimización a través de nuevos equipos o componentes de los sistemas y recursos de renovables ya existentes. ¿Qué beneficios conlleva esta repotenciación?
Para entender la importancia del repowering, hay que saber que la mitad de los aerogeneradores ubicados en España alcanzaron los 15 años de vida en operación en 2020, lo que supone más de la mitad de su vida útil de diseño, puesto que están pensados para permanecer en operación entre 25 y 30 años.
Estas cifras nos hacen pensar que la repotenciación desempeñará un papel principal en los proyectos eólicos que se desarrollen en España en los próximos años para ofrecer una segunda oportunidad a los recursos eólicos. Especialmente porque, de forma paradójica, los emplazamientos donde se ubican los parques eólicos más antiguos, tanto en España como en el resto de los países a nivel mundial, son los que disponen de un recurso eólico de mayor calidad. Sin embargo, muchos de estos recursos no están explotados de la manera más eficiente que podría llevarse a cabo en la actualidad, debido principalmente a la antigüedad de las máquinas que se encuentran operando en dichos emplazamientos.
Por tanto, parece evidente que los beneficios de la repotenciación son múltiples y repercutirían en un menor impacto medioambiental y en la reducción de las máquinas operando en cada parque, lo que conllevaría un menor coste de mantenimiento y una mayor producción eléctrica. Esto, a su vez, abarataría los costes de producción y, consiguientemente, el precio.
No obstante, teniendo en cuenta que la inversión de estos parques está amortizada, en Applus+ también trabajamos en servicios orientados a la extensión de su vida útil. Habría que analizar cada caso concreto y valorar cuál es la mejor solución, si un repowering o continuar explotando el parque con todas las garantías ambientales, técnicas y de seguridad.
¿Qué porcentaje de la demanda de electricidad se puede cubrir actualmente mediante renovables en España?
Según el último informe de diciembre de 2020 presentado por REE, las renovables alcanzan el 43,6% de la generación de energía eléctrica, la cuota más alta desde que existen registros. Esto supone un 11,6% más que la cuota alcanzada en 2019, lo que nos indica que estamos inmersos en un cambio de paradigma con una clara línea de ascenso en el uso y generación de energías limpias, en el que será necesario que todos nos impliquemos y colaboremos, especialmente el sector industrial.
España posee un territorio muy rico en recursos naturales que pueden ser muy ventajosos para la producción de energías renovables. Por un lado, nuestro país es uno de los que más horas de sol dispone durante el año y cuenta con territorios como Galicia, donde la fuerza del viento puede ser convertida de forma sencilla en energía eólica, como también sucede con la fuerza del agua en ríos y mareas.
En Applus+, participamos en todas las fases de un proyecto renovable, desde el diseño inicial, el permiting hasta las fases de construcción y posterior O&M (Operación y Mantenimiento). Esto nos ha llevado en los últimos años a consolidar un incremento de la facturación en este campo, especialmente en las tecnologías eólica y solar, las cuales vaticinamos que supondrán más del 80% del crecimiento global en energías renovables en los próximos años.
La eólica marina (offshore) augura un crecimiento exponencial en el futuro gracias a los proyectos de transición ecológica que está promoviendo la Unión Europea, y la Asociación Europea de Energía Eólica ha afirmado que pretende alcanzar en Europa los 450.000 megavatios de energía eólica marina en 2050. ¿Qué deberían empezar a hacer en este instante las empresas gallegas y nacionales para no dejar escapar esta oportunidad de transformación y de crecimiento?
El objetivo propuesto por la Asociación Europea de Energía Eólica, Windfarm, podría suponer para España la construcción de más de 80 parques eólicos durante los próximos 30 años, lo que nos obliga a diseñar desde este mismo momento los proyectos de obra para no quedarnos en la cola del sector. Por ahora, en Galicia existen cinco grandes infraestructuras portuarias que ejercerían como núcleo de apertura de la región al exterior. Por su parte, los astilleros gallegos pueden contribuir a la fabricación y exportación de estructuras de soporte de máquinas eólicas y subestaciones eléctricas offshore instaladas para los proyectos de energía eólica offshore del Norte de Europa. Además, los costes de fabricación más bajos compensarían la distancia de los parques eólicos a los astilleros locales, asegurando así la competitividad de la oferta gallega.
Tanto Galicia como otras zonas de España tienen muchas opciones de convertirse en puntos neurálgicos de estas infraestructuras, puesto que disponen de extensos kilómetros de costa en los que instalar los parques eólicos que explotarían este tipo de energía renovable a un bajo coste económico y medioambiental. Además, supondría el reflote de un gran número de empresas nacionales que forman parte de esta industria, al crear un gran número de empleos directos e indirectos. Tanto por parte de la Administración como de los promotores, se consolida la opción de que Galicia sea una de las zonas principales para acoger este tipo de recintos offshore, tanto por la calidad de sus vientos como por las infraestructuras asociadas existentes.
Así, las empresas del sector eléctrico y sus partners, como Applus+, tienen puesto el foco en la frontera de Portugal, Punta Langosteira, Ferrol y la costa de Lugo para desarrollar y participar en los nuevos proyectos de creación de parques eólicos flotantes que están surgiendo, y que continuarán haciéndolo en mayor medida en los próximos tiempos. Estos proyectos podrían ser financiados en gran parte por los fondos Next Generation, que suponen una oportunidad única para transformar la economía y fomentar la recuperación de nuestro país.
¿Qué actuaciones están fomentando las energías renovables?
La gran mayoría de los países que están fomentando el uso de las energías renovables frente a las no renovables se están basando en ambiciosos programas de financiación. Entre las iniciativas que se llevan a cabo en nuestro país podemos contar con ayudas específicas, así como legislación para ello. El Programa Nacional de Energía del PROFIT y las actuaciones del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas conceden ayudas para proyectos de investigación industrial. Además, organismos como el IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía) promueven la eficiencia energética y el uso racional de la energía en España, fomentando el uso de las energías renovables disponibles en la zona. Cada administración local, provincial y autonómica posee distintos programas de información y fomento, disponibles para todos los ciudadanos interesados que los soliciten. Asimismo, los fondos europeos Next Generation creados a raíz de la crisis del Covid-19 priorizarán la descarbonización y la competitividad de la industria, y se estima que más de 40.000 millones de euros serán destinados al desarrollo de renovables.
Además, se debería tomar nota de la principal reclamación del sector, que es considerada un buen catalizador: disponer de una legislación sólida que aporte seguridad jurídica y agilidad en la tramitación de los proyectos.
El hidrógeno verde, fomentado en gran medida por los fondos Next Generation de la UE que mencionaba usted antes, se ha proclamado como uno de los grandes protagonistas de la descarbonización de la economía mundial. ¿Cuáles serán los mercados del hidrógeno verde y qué impacto tendrá su producción en los precios del mercado eléctrico? ¿Cómo podría incorporarse la industria nacional a esta carrera por el desarrollo de proyectos relacionados con el hidrógeno?
Para hablar de los diferentes mercados del hidrógeno hay que entender que la producción de hidrógeno con fines energéticos se clasifica por colores, que hacen referencia a las emisiones durante su generación.
Resumiendo, podríamos hablar de hidrógeno gris, que se produce a partir de la reformación de metano por vapor partiendo de gas natural, el más utilizado y el que genera más emisiones. Cuando estas emisiones son capturadas por un sistema de captura y almacenamiento de carbono, entonces pasamos a denominarlo hidrógeno azul.
Y luego está el hidrógeno verde, del que tanto se habla últimamente, que a diferencia del anterior está libre de emisiones, al ser producido por electrólisis del agua usando electricidad de fuentes renovables (eólica, fotovoltaica o hidroeléctrica).
El hidrógeno, por tanto, tiene básicamente dos mercados. El primero es el de aquellas industrias que lo utilizan como materia prima. Es el caso de las refinerías, industrias químicas y de fertilizantes y las metalúrgicas. Por parte de estas industrias no se espera un cambio de tendencia en el consumo de hidrógeno.
El segundo sería el de la movilidad, con el hidrógeno verde como sustituto de los combustibles fósiles. Este hidrógeno es el que mayor potencial de crecimiento está experimentando, puesto que la descarbonización total de la economía requerirá la sustitución completa de los combustibles fósiles, como el gas, el petróleo y sus derivados, por esta tipología de hidrógeno.
Los costes de producción del hidrógeno para que éste logre ser competitivo frente al gas se estiman en los 2 € por kilo de hidrógeno, aunque dependerá de la evolución de los precios del gas y de los derechos de emisión de CO2. Para producir hidrógeno verde con esos costes usando electricidad de fuentes de energía renovable, el precio de la electricidad debería ser inferior a los 20 €/MWh, siempre dependiendo de cuánto se reduzcan los costes a amortizar de los electrolizadores.
Para que el hidrógeno pueda situarse en el centro de la transición energética va a necesitar del apoyo de políticas adecuadas, inversiones, ayudas y cambios regulatorios, ya que actualmente cuenta con una regulación obsoleta y poco productiva para potenciar su desarrollo. La Hoja de Ruta del Hidrógeno es consciente de ello y defiende promover el desarrollo de medidas regulatorias que simplifiquen y faciliten el despliegue de líneas directas de electricidad dedicadas a la producción de hidrógeno renovable en el marco de la normativa del sector eléctrico. Si se apuesta por esto, España tiene la oportunidad de convertirse en el principal productor de hidrógeno verde, por dos razones principalmente: por un lado, por el coste de generación de la electricidad en España, donde gracias al abundante recurso solar (entre otros), se pueden tener precios más competitivos que en el resto de mercados; y por otro lado, porque el coste logístico del transporte tiene poco peso en el coste final del hidrógeno cuando se produce a gran escala.
El sector de la movilidad, concretamente el automovilístico, también parece que experimentará grandes cambios a raíz de este proceso de transición energética y la incorporación de las energías renovables de una forma más estable en nuestras vidas. Comienza a ser más habitual ver circular vehículos eléctricos por nuestras ciudades y encontrarnos diferentes puntos de recarga para ellos. ¿Qué papel juega o puede jugar la industria española en este asunto?
Precisamente, hace apenas unos meses algunas de las más grandes firmas automovilísticas firmaron un acuerdo estratégico para fomentar la creación de una red pública de puntos de recarga en España para el vehículo eléctrico, potenciar el uso de energías renovables y comercializar soluciones de recarga eléctrica, entre otros aspectos. Este acuerdo incluye la activación de proyectos de innovación intersectorial y un plan para facilitar el despliegue de puntos de recarga rápida y súper rápida en los principales corredores de la red de carreteras de España. Además, la estrategia de electrificación automovilística busca promover el uso de energías 100% renovables en la cadena de suministro del vehículo eléctrico. Para ello, las compañías valorarán soluciones energéticas para disminuir las emisiones de CO2 en sus plantas y concesionarios mediante la instalación de paneles solares, el suministro de energía 100% verde y la implantación de soluciones de eficiencia energética. La resolución de congestiones y las redes inteligentes serán de gran importancia para el despliegue eficiente de la nueva capacidad renovable, siendo la descarbonización de la movilidad en nuestro país una de las palancas clave necesarias.
Está previsto que, dentro de aproximadamente una década, la sociedad adopte de manera masiva el vehículo eléctrico en todos los segmentos, aunque es cierto que en la actualidad España no dispone de una red de puntos de recarga eléctrica suficiente para ofrecer autonomía a los vehículos. No obstante, cabe destacar que el ritmo de instalación de puntos de recarga se está incrementando de forma exponencial en los últimos años. Esto implica que el sector industrial de nuestro país tendrá una importante vía de ingresos mediante la colaboración y ayuda a las empresas constructoras y de ingeniería que apuesten por este tipo de proyectos. En el caso de Applus+, estamos fuertemente implicados en el desarrollo de la innovación y la sostenibilidad a todos los niveles. Por ello, clientes de diversa índole han confiado en nuestra compañía para llevar a cabo diferentes proyectos relacionados con el desarrollo y potenciación del vehículo eléctrico, gracias a que podemos ofrecer gran experiencia en terrenos como la Seguridad Industrial, la Prevención de Riesgos Laborales o la Asistencia Técnica para hacer de esos proyectos una realidad tangible.
En estos momentos, España se encuentra entre los 10 países de mundo con mayor capacidad renovable, mayor capacidad eólica y mayor capacidad solar. ¿Cree que está nuestro país preparado para mantener esa posición de liderazgo en la industria de energías renovables?
España es actualmente uno de los líderes mundiales en cuanto a potencia instalada de fuentes de energía renovable. Teniendo en cuenta que nuestro territorio no es especialmente extenso ni posee una gran población, este hecho tiene un mérito especial. Según datos de Red Eléctrica de España (REE) a cierre de diciembre de 2020, el territorio peninsular disponía de 26.811 MW de potencia eólica y 11.277 MW de fotovoltaica. Esto implica que España dispone de una posición óptima para alcanzar los ambiciosos objetivos del PNIEC, centrados en la descarbonización y la eficiencia energética. Esta buena posición, junto con el ritmo que ha alcanzado la nueva capacidad renovable instalada en 2020, ha puesto a nuestro país en el punto de mira de los inversores internacionales.
Contar con las inversiones necesarias, sumado a las características que ya posee nuestro territorio y la experiencia con la que contamos numerosas empresas industriales en este sector, hace que España pueda mantenerse en el epicentro de las energías renovables, y con las expectativas creadas en torno al hidrógeno, incluso mejorará su posición en el Top 10 mundial.
¿Qué cambios podremos ver próximamente en la industria y qué retos tecnológicos implica la transición energética en la que estamos envueltos para suministrar una energía segura, limpia y eficiente?
Considero que la digitalización energética es el primer reto a abordar, ya que a día de hoy somos capaces de captar todo tipo de datos, incluidos los energéticos; pero la clave será analizar y dar valor a esos datos en tiempo real mediante el desarrollo de sistemas inteligentes capaces de gestionar y simular la generación, el almacenamiento y el consumo de las diferentes variables energéticas existentes. Un marco legal coherente y homogeneizado será otro de los principales aspectos a tener en consideración. En el plano económico, es deben desarrollar y promover los modelos colaborativos entre la Administración pública, la empresa privada y los ayuntamientos. El hecho de sumar los beneficios económicos a los de tipo social y ambiental, como la creación de puestos de trabajo a nivel local, la disminución de la pobreza energética o la mejora de calidad de aire, permitirá visibilizar los primeros éxitos de forma relativamente rápida y animar así a que se formen nuevas iniciativas.
Todo indica que, en los próximos años, vamos a asistir al desarrollo de estas comunidades energéticas en las que sus miembros apuestan por tener un rol activo en de la transición energética hacia un modelo más justo, que minimice el impacto negativo en el medio ambiente y en el que se abran nuevas oportunidades de negocio para que sus habitantes mejoren sus niveles de calidad de vida.