Energía nuclear y gas natural en la taxonomía verde europea
La taxonomía verde es un instrumento clave para guiar a las empresas e inversores nacionales e internacionales en sus planes de descarbonización. Identifica actividades y sectores económicos ambientalmente sostenibles y que contribuyan a la reducción de CO2, metano y otros gases causantes del cambio climático. También ayuda a encauzar las inversiones hacia sectores esenciales para lograr la neutralidad climática en 2050.
A comienzos de este año 2022, la Comisión Europea, difundió el borrador de propuesta de taxonomía verde. España mostró, a través de su vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, su rotundo rechazo a incluir la energía nuclear y la generación por gas natural como energías verdes, tal como se refleja en el documento..
Considera que tanto la energía nuclear como el gas natural tienen un papel importante en la transición energética, pero limitado en el tiempo y no formando parte de la taxonomía verde europea, donde están otras energías claves para la descarbonización y que no suponen ningún riesgo ni daño ambiental.
La clave para considerar ‘verde’ una actividad económica, sector o tecnología es su ‘contribución sustancial’ a las principales metas ambientales de la UE, respetando el principio de no causar daño ambiental significativo (“Do Not Significant Harm”). Las emisiones de metano de la generación por gas natural y los residuos de la energía nuclear hacen que el Gobierno de España cuestione la inclusión de ambas tecnologías dentro de la taxonomía verde de la Unión Europea. Incluir ambas en la taxonomía verde supone una señal errónea para los mercados financieros y no aporta la necesaria claridad para enfocar los flujos de capital hacia la economía descarbonizada, resiliente y sostenible prevista en el Pacto Verde Europeo.
Fotografía: Central nuclear de Trillo, Guadalajara. Fuente: Endesa.