El hidrógeno verde y su papel clave en la transición energética
Las últimas estimaciones de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), publicadas a finales de 2019, prevén un aumento de la demanda energética global de entre un 25 y un 30 % hasta 2040, lo que en una economía dependiente del carbón y el petróleo significaría más CO2 y el agravamiento del cambio climático.
La descarbonización del planeta es uno de los objetivos que se han marcado países de todo el mundo de cara a 2050 para alcanzar un mundo más accesible, eficiente y sostenible, e impulsado por energías limpias. Para lograrlo, la descarbonización de un elemento como el hidrógeno, que es responsable en la actualidad de más del 2 % de las emisiones totales de CO2 en el mundo, se revela como una de las claves.
El hidrógeno verde es eficiente y 100 % sostenible, y algunos expertos auguran que será el combustible del futuro. Por ello, el hidrógeno verde tiene un papel clave en la transición energética.
Para este desarrollo será clave el aprovechamiento de los fondos de recuperación europeos que se destinarán a innovar, desarrollar y afianzar esta nueva tecnología en nuestro país.
Esta es una de las principales premisas del PERTE de energías renovables, hidrógeno renovable y almacenamiento aprobado el pasado 15 de diciembre por el Gobierno de España, con una clara visión de futuro. Los objetivos en los que trabajar ya están descritos en la Hoja de Ruta del Hidrógeno Verde.
El documento pretende que España lidere la investigación de este nuevo vector energético, fundamental para descarbonizar tanto el transporte pesado por tierra, mar y aire, como la gran industria con alto consumo energético (actualmente emplea gas fósil).
Con un objetivo de 4 GW de potencia instalada de electrolizadores o que un mínimo del 25% de lo que consuma la industria proceda de fuentes de renovables en 2030, se pretende alcanzar una relevancia en este mercado naciente y pionero para ser una referencia en Europa.
El componente 9 del PERTE de energía pretende ser el pedal del acelerador gracias a los 1.555 M€ que se destinarán a todo lo que se relacione con el hidrógeno verde y renovable. Para ello, el documento identifica diferentes líneas de actuación con varias fases.
- La primera es potenciar e impulsar la cadena de valor industrial del hidrógeno con el apoyo a la creación de capacidades técnicas y el avance tecnológico, sobre todo respecto al I+D+i, con demostraciones y prototipos.
- Posteriormente, se pretende impulsar las actuaciones de los centros tecnológicos y empresas que hoy cuentan con líneas de trabajo sobre hidrógeno renovable, estimulando instalaciones de ensayo de sistemas, componentes o equipos.
- Otra línea de trabajo es la de convertir a España en un “Hub de hidrógeno”, un valle vanguardista y de referencia a nivel europeo. Se desarrollaría en torno a los grandes centros de consumo energético para identificar y solventar las barreras actuales para impulsar el despliegue de electrolizadores de alta capacidad, integrar suministros de hidrógeno renovable, programas de formación y conseguir que toda la electricidad del “hub” proceda de renovables a través de contratos bilaterales de energía (PPAs).
Galicia ha presentado 35 proyectos de 700 millones para toda su cadena de valor, desde la producción hasta el transporte y el consumo en el ámbito industrial. Algunos de ellos son fábrica de metanol verde de Foresa con Iberdrola; el proyecto de Reganosa y EDPR así como el de Enel Green Power , ambos en As Pontes; el de Zona Franca de Vigo o el de Enerfín en el Puerto Exterior de A Coruña.
Es importante poner en valor que estos grandes proyectos son circulares y en la mayor parte de los casos, están vinculados con otros proyectos complementarios, lo cual multiplica su capacidad de generación de puestos de trabajo y de riqueza para Galicia.
Pese a ello y el gran interés que esta tecnología tiene para todos, es preciso afrontar diversos retos para su despliegue, de los que destacaría sobre todos los siguientes:
- Promover su competitividad en costes, uno de los principales problemas para su desarrollo y que en parte puede solucionarse por la financiación pública mencionada.
- En segundo término, la aprobación del sistema de Garantías de Origen, ya en borrador.
- En tercero lugar, y esto diría que es un reto compartido con el resto de energías renovables, la simplificación administrativa de los trámites y la homogeneización de los procedimientos administrativos de las diferentes Comunidades Autónomas.
- En cuarto lugar, elaborar diferentes estrategias de descarbonización en los sectores de difícil electrificación.
- Y finalmente, la simplificación y facilitación del desarrollo de líneas eléctricas directas de producción de hidrógeno renovable.
En definitiva, esperemos que los precios energéticos vuelvan a la normalidad en 2022 y ello permita seguir dando los pasos regulatorios necesarios para la transición energética, que a medio plazo tendrá un impacto muy positivo para nuestro país, derivado de una menor dependencia energética del exterior, abaratamiento de integración de las pymes en las nuevas cadenas de valor.
Sin lugar a dudas, el hidrógeno renovable va a ser una oportunidad increíble y única para Galicia, que no debe desaprovechar. Parafraseando a Richard Branson, “Si alguien te ofrece una oportunidad increíble pero no estás seguro de que puedas hacerlo, di que sí y luego aprende cómo hacerlo.”
Rebeca Acebrón, vicepresidenta del Clúster de Energías Renovables de Galicia (Cluergal).
Artículo para la edición digital de Dínamo Técnica.