Energía oceánica procedente de corrientes y mareas
La energía mareomotriz es una fuente limpia, renovable y predecible que utiliza el movimiento de las mareas y corrientes oceánicas, inducidas por los astros, para generar la electricidad. Este movimiento provoca el ascenso y descenso del agua en la superficie terrestre, y cuando las masas de aguas sufren aceleraciones, se forman las corrientes mareales.
En los últimos años se han producido avances en la explotación de este tipo de energía para fines comerciales, aunque no se trata de una tecnología novedosa. En los tiempos del Imperio Romano ya existían molinos de agua que utilizaban la energía de las mareas y ríos, aunque fue en la Edad Media cuando empezó a generalizarse su uso. El desarrollo y el estudio de esta tecnología se paralizó en las décadas posteriores por costes y problemas medioambientales, pero las necesidades actuales han obligado a volver sobre ella.
A pesar de que algunas centrales de energía mareomotriz funcionan de manera similar a las hidroeléctricas, los diseños actuales están más enfocados en el aprovechamiento de las corrientes de mareas. Las mayores ventajas de este tipo de energía radican en que es predecible, inacabable, y no contamina. De hecho, las corrientes de las mareas son más predecibles que el resto de las fuentes de energías renovables, tales como el viento, el sol, o las propias olas. Por lo tanto, la bondad de este tipo de energía se basa en la predictibilidad, la seguridad energética y la sostenibilidad. Por el contrario, la construcción y mantenimiento de las plantas mareomotrices puede ser más costosa que la de otros tipos de fuentes renovables.
Figura 1: Puesta a flote de la plataforma ATIR del proyecto Magallanes (Fuente: Magallanes renovables)
Situación actual en el mundo
Los países líderes en energía mareomotriz son el Reino Unido (proyecto MeyGen), Francia (posee la central mareomotriz más grande de Europa), y Canadá (proyectos en la Bahía de Fundy). Pero en los últimos años tanto España como Portugal han invertido en investigación y desarrollo para aprovechar la energía de las mareas (y olas) de manera eficiente y sostenible.
El Reino Unido está liderando la carrera mareomotriz en Europa mediante subastas anuales de electricidad que establecen tarifas fijas a largo plazo por kWh generado. Francia le sigue aguas, con la puesta en marcha de su primera instalación con esta tecnología en el Canal de la Mancha para 2026, el proyecto FloWatt, que será un parque piloto con 17,5 MW de potencia. Además, en muy poco tiempo aparecerán en escena los primeros parques comerciales como el que la empresa gallega Magallanes Renovables tiene previsto instalar frente a las costas de Gales y Escocia. En definitiva, cuatro empresas (entre ellas una gallega) buscan ser líderes en generar energía a través de las corrientes y las mareas.
En España la energía mareomotriz se está afianzando en los últimos años con varios proyectos innovadores entre los que destacan: el BiMEP (Biscay Marine Energy Platform, plataforma del País Vasco dedicada a la investigación y desarrollo de tecnologías marinas, incluyendo la energía mareomotriz); y los proyectos Marmok en Cantabria (el Marmok-5 y el Marmok-7 están explorando el potencial de la energía mareomotriz). Estos proyectos reflejan el compromiso y potencial de nuestro país para liderar el campo de la energía mareomotriz, entre otras energías renovables. En cualquier caso, también existen modelos pequeños, pensados para ríos, y para alimentar a unos pocos hogares.
Figura 2: Turbinas para ríos (Fuente: Smart Hydro Power)
Situación en Galicia
El Proyecto Magallanes antes citado, desarrollado por la empresa gallega Magallanes Renovables (con sede en Redondela, Pontevedra), es uno de los proyectos más avanzados en el campo de la energía mareomotriz en España. El proyecto consiste en una plataforma flotante de acero, similar a un trimarán, que incluye un tubo sumergido donde se instalan los “hidrogeneradores (similares a los aerogeneradores, pero sumergidos en la mar)”. Estos últimos elementos aprovechan el movimiento de las mareas para hacer girar las hélices conectadas a un generador, que a la postre produce la electricidad.
Aunque el diseño, desarrollo y construcción de este proyecto se lleva a cabo en Galicia, la plataforma ha sido probada en costas escocesas, y recientemente la empresa ha sido adjudicataria en subasta de una tarifa energética para proyectos de mareomotriz, lo que supone un contrato a largo plazo a un precio fijo por la electricidad producida, que puede ver la luz en el año 2026. Gracias a este proyecto la compañía instalará dos parques de producción (en Gales y Escocia). En Gales han sido adjudicatarios de una planta de 6 MW, dotada de cuatro plataformas propias; y en Escocia desplegarán otra planta de 4,5 MW, mediante tres plataformas.
Figura 3: Plataforma ATIR del proyecto Magallanes (Fuente: Magallanes renovables)
La plataforma flotante ATIR, el desafío principal del proyecto tiene 42 metros de eslora. Incluye un mástil y el tren de potencia inferior de la turbina mareomotriz sumergida, y lleva en desarrollo y mejora quince años. Está dotada con dos rotores, y ha sido validada por la sociedad de clasificación Bureau Veritas, convirtiéndose en la primera plataforma mareomotriz del mundo verificada y certificada.
Figura 4: Sección proyecto Magallanes (Fuente: Magallanes renovables)
Conclusiones
El océano tiene un gran potencial y por eso diferentes energías como la mareomotriz (mareas y corrientes) y la undimotriz (olas) están llamando a su puerta. De ellas, la energía mareomotriz, por su predictibilidad, puede ser la llave del futuro de las energías renovables, que deben buscar una diversificación.
Pero, aunque existen más de mil patentes en el mundo, con decenas de conceptos diferentes de aprovechamiento de las energías del mar, ninguno de ellos ha aventajado al resto. Por esto es necesaria una convergencia tecnológica para que las mejores soluciones avancen y se posicionen como las más competitivas.
España es el país de la UE dotado con más instalaciones de investigación y desarrollo de tecnología para aprovechar las fuentes de energía marinas. A los ya mencionados BIMEP de Vizcaya, y gran tanque de Ingeniería Marítima de Cantabria; se suman otras instalaciones entre las que se encuentran PLOCAN (la Plataforma Oceánica de Canarias), el CEHIPAR (Canal de Experiencias Hidrodinámicas de El Pardo) y la Zona Experimental de Aprovechamiento de Energías Marinas de Punta Langosteira (A Coruña), el segundo banco de pruebas más grande del mundo para las tecnologías oceánicas.
Figura 5: Dispositivo desplegado en Nueva York (Fuente: Verdantpower)
Autor: Raúl Villa Caro- Dr. Ingeniero Naval y Oceánico, Capitán de la M.M., Oficial de la Armada, y Secretario de la Fundación EXPONAV.
Artículo publicado en la edición digital de Dínamo Técnica.