Entrevista a Santiago Rodríguez Charlón, director de la división de energía del Instituto Tecnológico de Galicia
Santiago Rodríguez Charlón (Ferrol 1975), es Ingeniero Industrial por la Universidad de A Coruña (UDC), MBA por la Escuela Europea de Negocios (EEN) y Máster en Diagnóstico y Gestión tecnológica en la empresa por a Escuela de Organización Industrial (EOI)
Inició su trayectoria profesional en el año 2001 como Ingeniero en los sectores Naval y Construcción. En el año 2006 se incorpora al Instituto Tecnológico de Galicia como Ingeniero de Proyectos y desde el año 2010 es el Director de su División de Energía; paralelamente, desde el año 2016 es Profesor Asociado de la Universidad de A Coruña (UDC) impartiendo docencia en el Máster de Aprovechamiento y Eficiencia Energética.
Vivimos un momento en el que la sensibilidad hacia el cambio climático parece que está presente en la mayoría de población, se habla hasta en los medios generalistas de la transición energética, y las renovables están cobrando un papel cada vez más importante. ¿Cuál es el próximo escenario energético y cómo va a afectar a empresas y ciudadanos?
El Acuerdo de París de 2015 ha sido el detonante de este nuevo escenario que comentas, a nueva situación, que comentas, y que ha derivado a nivel europeo en múltiples documentos que confluyen todos en el European Green Deal, y que nos marcan las directrices de hacia dónde vamos en las próximas décadas, trasponiéndose parcialmente en el PNIEC en España. Mantener la situación actual no es una opción.
El futuro sistema energético integrará los sistemas y mercados de electricidad, gas, calefacción/refrigeración y movilidad, con redes inteligentes que pondrán en el centro de atención a los ciudadanos.
Las renovables ya están ahí, y acabarán siendo el principal agente dentro del mix energético europeo. Europa se plantea como objetivo, ser líder mundial en energías renovables, y de hecho en España casi la mitad de la potencia instalada es de origen renovable, más 100.000 MW, con un crecimiento del orden del 10% en 2019.
Pero son otros, los puntos claves que van a hacer que nos enfrentemos a un nuevo paradigma energético. Todos los nuevos escenarios pasan por el empoderamiento del consumidor energético y de dotarlo de todas las herramientas necesarias que le permita optimizar su toma de decisiones en cuanto al consumo de su energía demandada.
Es una realidad que las nuevas políticas van hacia la eliminación de los combustibles fósiles, la electrificación del sistema energético, con fuentes de origen renovable, y una descentralización de la generación energética, lo que implicará nuevos modelos de negocio asociados al sector y nuevas problemáticas a resolver, como la agregación y flexibilización de la demanda.
¿A qué te refieres con empoderamiento del consumidor energético?, y ¿cómo ves la figura de ese agregador de la demanda?
A día de hoy los consumidores no tienen una información clara de lo que les cuesta la energía en cada instante del día, es necesario modificar el sistema tarifario para clarificárselo, ni disponen de las herramientas necesarias para que pueda decidir si cambia su curva de demanda energética trasladándola a otros horarios más ventajosos o incluso si almacenar energía que consumir en periodos de costes elevados. Hay que dotar al consumidor de estas herramientas TIC que se conecten con el ecosistema energético, que a su vez debe estar hiperconectado con todos los servicios. Todo esto permitirá el empoderamiento del consumidor ya que tendrá todo lo necesario para la toma de decisiones eficientes y para actuar en consecuencia.
En cuanto al agregador de la demanda, es una figura que ya empieza a tomar forma en España y podrá empezar a operar con potencias superiores a 1MW en los próximos meses, tras las novedades que ha trasladado el Ministerio de Transición Ecológica en Diciembre, tal y como ya se está sucediendo en países como Reino Unido, Francia o Irlanda. La flexibilización de la demanda ya es otro asunto, tardaremos unos años en conseguir que sea una realidad y que desde mi punto de vista será la herramienta clave que nos permitirá tener un sistema energético totalmente eficiente.
¿Están las empresas preparadas para este nuevo paradigma, que comentas?
Se están dando pasos muy sólidos en esta dirección, y estoy convencido que se conseguirá, pero el camino va a ser duro. La digitalización de todo el sistema eléctrico es una necesidad imperiosa para esta transformación, pero no como se hizo con los contadores inteligentes, que hay 25 millones de contadores inteligentes de pequeños consumidores que son sordos y mudos para el consumidor, no tienen manera de comunicarse con ellos, salvo la distribuidora. Esta digitalización ha de ser total, y la comunicación ha de fluir en todas las direcciones, tanto de la generación (plantas fotovoltaicas, parques eólicos, hidráulicas, todo el mix de generación), como de la infraestructura de red eléctrica, como del consumidor (industria, doméstico, puntos de recarga del vehículo eléctrico,…); y diseñar una plataforma IoT que gestionen millones de datos, dotadas de algoritmos inteligentes de predicción de la generación y de la demanda; y todo esto interconectado.
Hay mucho camino que recorrer y mucho que innovar para llegar a este punto de digitalización total, y a las empresas aún les queda una travesía importante que recorrer y que no pueden hacer solos, han de buscar los agentes con los que quieran aliarse para todo este cambio que ya se está produciendo.
El Instituto Tecnológico de Galicia, como centro tecnológico, y su División de Energía, que diriges ¿qué está haciendo en este sentido? ¿cómo se está posicionando?
Hace años que ya venimos visualizando lo que está sucediendo y hacia donde vamos, nuestra labor es adelantarnos al mercado con soluciones innovadoras que ayuden a las empresas a continuar siendo competitivas ante los nuevos escenarios que van apareciendo periódicamente, por lo que no nos coge desprevenidos.
Fruto de múltiples proyectos de investigación vamos desarrollando productos que dan soluciones al mercado, y para este nuevo escenario, disponemos desde ya hace 10 años de una plataforma IoT que se interconexiona con múltiples elementos, no solo de índole energética, que hemos ido evolucionando a lo largo este tiempo y que ahora nos permite gestionar millones de datos en períodos de tiempo muy bajos, con algoritmos de predicción y de toma de decisiones con técnicas Bigdata.
Hemos estado trabajando en un proyecto europeo, monitorizando pequeñas microrredes eléctricas contra las que hemos testeado nuestra solución con resultados altamente satisfactorios, conexionándonos con generadores fotovoltaicos, con puntos de recarga de vehículos eléctricos o con baterías eléctricas. Y, en estos momentos estamos atacando en otro proyecto la problemática de la comunicación vehicle to grid (V2G) y la gestión de las baterías eléctricas.
Entendemos que nuestra figura está en dotar a las empresas de soluciones tecnológicas innovadoras para la gestión inteligente de esta nueva realidad que ya estamos empezando a vivir y en acompañarlos de la mano en este proceso de cambio.
El apoyo desde hace años nunca es suficiente, somos de los países con un menor apoyo a la I+D, incluso con un descenso en el porcentaje destinado en los últimos años a este capítulo, cuando debería ser al revés, ya que son las líneas que van a marcar el futuro del país. En cuanto al ámbito de la transición energética sí que se atisba, al menos desde Europa, un cambio en el apoyo a estas acciones, destinando un tercio del presupuesto de la Unión a este capítulo, se lo empiezan a tomar en serio.
Entrevista publicada en el número 24 de la revista Dínamo Técnica.