Con un 23% de cobertura de la demanda eléctrica, la energía eólica se mantiene como la primera tecnología del sistema eléctrico español desde 2021, consolidando su papel clave para garantizar un modelo energético competitivo, sostenible y con ADN europeo. Con más de 40.000 empleos directos e indirectos y una cadena de suministro plenamente asentada, el sector eólico se ha convertido en un pilar estratégico de la economía nacional.

“Preservar esta cadena de valor es hoy más necesario que nunca en un contexto geopolítico en el que Europa debe reforzar su autonomía estratégica”, ha destacado Rocío Sicre, presidenta de la Asociación Empresarial Eólica (AEE) en la apertura de la jornada de Análisis Operativo de Parques Eólicos celebrada este 2 de octubre en Madrid. Sicre ha alertado sobre los desafíos globales derivados de la presión de la industria china y la guerra de aranceles entre Estados Unidos y otros mercados estratégicos.

España avanza hacia un sistema eléctrico renovable alineado con los compromisos europeos de neutralidad climática para 2050, pero el sector advierte de que los plazos administrativos siguen siendo un freno al crecimiento. “Necesitamos mecanismos ágiles, transparentes y coherentes entre administraciones para reducir los tiempos y dar seguridad a las inversiones”, ha subrayado Sicre, insistiendo en la urgencia de un marco regulatorio estable, con interpretaciones jurídicas únicas, y en la aplicación del concepto de Interés Público Superior a los proyectos eólicos. La presidenta de AEE ha recordado además la importancia de ejecutar las sentencias del TJUE y del TS en Galicia que desbloquearían más de 2.800 MW —más de 3.500 millones de euros en inversiones— paralizados desde hace tres años.

Entre los retos para los próximos años, Sicre ha señalado la necesidad de acelerar la electrificación de la demanda, impulsar la repotenciación de los parques más antiguos, desarrollar el almacenamiento energético y avanzar en la eólica marina. En este sentido, la repotenciación se presenta como una oportunidad para aumentar la producción con menor impacto ambiental y territorial, aunque requiere un marco regulatorio específico que facilite su desarrollo. “Repotenciar o extender la vida útil de los aerogeneradores exige conocimiento, inversión y planificación, pero sobre todo la libertad del propietario para elegir la mejor estrategia de futuro para su activo”, ha concluido Sicre.