La subasta eólica como oportunidad de recuperación de liderazgo eólico nacional
A finales del siglo pasado Galicia lideró la implantación de energía eólica en la Península Ibérica, tanto cualitativamente con los primeros parques eólicos que se implantaban como cuantitativamente al ser la primera Comunidad Autónoma en potencia instalada, lo cual significó un amplio reconocimiento internacional de nuestro know how, así como el desarrollo de un sector estratégico para nuestra industria en cuanto a la exportación de maquinaria y conocimiento.
La subasta eólica promovida por el Ministerio de Industria, las autorizaciones concedidas pendientes de ejecutar y la repotenciación de parques ya amortizados nos permitirían alcanzar un potencial de 600 MW eólicos nuevos, una cifra modesta comparada con las perspectivas de principios del presente siglo pero que podría suponer un revulsivo al sector energético y en general a toda la industria autonómica.
El desarrollo ambiental de las tecnologías renovables se asume siempre como sostenible, pero en muchos casos pasa desapercibido que es además sostenido, entendiendo como tal la generación estable de puestos de trabajo cualificados en operación y mantenimiento a diferencia de las tecnologías convencionales, cuyo principal coste se debe a la materia prima (petróleo o gas natural), que además crea empleo mayoritariamente en los países productores; por este motivo la apuesta por las renovables se hace más importante, ya que además de ser menos contaminantes generan un interesante valor añadido que va a fijar riqueza en nuestro país.
La implantación de 600 MW eólicos podría suponer una inversión de unos 700 millones de euros, en la maquinaria (palas, turbinas, torres, zapatas…) que puede ser fabricada mayoritariamente en Galicia y además serviría de efecto tractor para la mejora de las infraestructuras eléctricas o de vías de comunicación en el rural; es fundamental el papel de los ingenieros que desarrollarán estos proyectos, y que además nos permitiría demostrar que Galicia sigue estando a la vanguardia del conocimiento en esta tecnología. Esta inversión podría suponer un revulsivo para la industria gallega, que lleva años tratando de acercarse al ansiado 20% del P.I.B., siendo un objetivo asumible de cara a 2020.
Todo esto tiene un cuello de botella, es necesario que el 1 de enero de 2020 estén los parques eólicos en funcionamiento, para lo que es imprescindible que administración pública, empresas fabricantes y promotores realicen un esfuerzo conjunto para aprovechar esta oportunidad, en caso de no hacerlo pasarán años antes de que un nuevo marco jurídico favorable nos permita intentar retomar el liderazgo de esta tecnología.
Editorial del Nº21 de la revista Dínamo Técnica.
Autor: Fernando Blanco Silva, ingeniero industrial y doctor en desarrollo sostenible. Director de Dínamo Técnica.
Fotografía de portada del Nº21. Fotografía del P.E. de Carnota. Autor: Xurxo Lobato |