Propuestas de COIIM para modificar el sistema de fijación de precios de la electricidad
El pasado mes de diciembre el Gobierno ha presentado a la Comisión Europea (CE) una propuesta para impulsar la modificación del sistema de fijación de precios de la electricidad en situaciones excepcionales como el alza actual de tarifas. Ésta plantea la posibilidad de desligar el gas natural de las demás fuentes que intervienen en la formación de precios.
La solicitud no ha sido bien acogida ni por la CE, ni por varios países del centro y norte de Europa. Éstos mantienen que el actual mercado marginalista es el más eficiente para el conjunto del Mercado Eléctrico Único de la Unión Europea.
En este contexto, la Comisión de Energía del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Madrid (COIIM) ha presentado un informe sobre “Propuestas para la reforma del mercado mayorista español”.
En opinión del portavoz y presidente de la Comisión de Energía del COIIM, Jaime Segarra, “en el actual mecanismo marginalista de formación de precios, en el que la demanda es muy rígida y la oferta está controlada por unos pocos grupos empresariales, la entrada al mercado de ofertantes no es libre y las tecnologías implicadas tienen características muy dispares”.
Informe “Propuestas para la reforma del mercado mayorista español”.
En el informe se mencionan las disfunciones del mercado marginalista. Por un lado, los precios medios anuales pagados a cada tecnología. Por otro, los riesgos que supone para el mantenimiento de una correcta estructura de generación durante la transición energética.
Esto podría corregirse si además de las centrales RECORE, (las renovables, cogeneración y residuos, con precios regulados e indexados en su caso al precio del gas natural), no formaran parte del mercado marginalista, las hidroeléctricas (sí permanecerían las de bombeo) y nucleares.
Se trata de que la electricidad que producen fuera abonada a sus costes de producción, tasas e impuestos, más una rentabilidad razonable. Su gestión operativa sería optimizada para minimizar los costes totales de operación del sistema eléctrico. De esta manera se evitarían los excesivos beneficios de parte de la generación eléctrica, así como los riesgos de pérdidas económicas y de cierre anticipado de las centrales nucleares por bajos precios futuros.
Uno de los principales objetivos del mercado marginalista es que los precios sirvan para orientar las inversiones en nuevas plantas de generación y almacenamiento hacia las tecnologías previsiblemente más rentables. Sin embargo, esto sólo tiene sentido cuando afecta a tecnologías comercializables y potencialmente competitivas. Esa el caso de las plantas fotovoltaicas, las eólicas, las de almacenamiento (como el bombeo), los ciclos combinados de gas natural o biometano o el hidrógeno.
En cambio, las señales de precios del mercado marginalista que reciban la tecnología hidroeléctrica o la energía nuclear no sirven para generar inversiones. Su inclusión en el sistema implica un alto riesgo de distorsión en la formación de precios. En las dos tecnologías, hidroeléctrica y nuclear, simplemente se estaría recuperando el marco legal vigente cuando se aprobaron los proyectos de inversión de esas centrales.
Ver Informe Completo: Propuestas para la reforma del mercado mayorista español.