Repsol apuesta por los combustibles renovables para descarbonizar la movilidad
En 2019 Repsol anunció el objetivo de convertirse en una compañía cero emisiones netas en 2050, siendo la primera del sector en fijar esta ambiciosa meta, en línea con los objetivos establecidos en el Acuerdo de París. Para alcanzar este objetivo se ha fijado una exigente hoja de ruta que establece una reducción del Indicador de Intensidad de Carbono del 15% en 2025, del 28% en 2030 y del 55% en 2040, frente a los anteriores del 12%, 25% y 50%, respectivamente.
Para medirlo, la compañía ha desarrollado un Indicador de Intensidad de Carbono (IIC). Este se expresa como emisiones de CO2 por cada unidad de energía que ponemos al servicio de la sociedad (g CO2eq/MJ) y se recoge anualmente en el Informe de Gestión Integrado de la compañía. Se trata de un enfoque racional con el que establecer un marco sectorial común para todas las compañías del O&G a lo largo de su cadena de valor, sin contabilizar dos veces las emisiones y enfocado en la evolución del mix de energía primaria como el factor clave de la transición energética hacia cero emisiones netas.
En este camino de transición energética, Repsol apuesta por descarbonizar la movilidad con un modelo energético que combina la electrificación, los combustibles renovables y el hidrógeno. Todas las soluciones energéticas deben tomarse en cuenta para garantizar el suministro y reducir las emisiones de la forma más rápida y eficiente posible.
Los combustibles renovables son aquellos que se producen a partir de materias primas renovables. Concretamente, los biocombustibles avanzados se fabrican a partir de residuos orgánicos como aceites vegetales usados, así como residuos agroalimentarios o residuos agrícolas y forestales que no se destinan a la alimentación.
Los combustibles renovables son cero emisiones netas y, por tanto, son una solución rápida, inclusiva y eficiente en costes para la descarbonización del transporte a corto plazo. Además, son totalmente compatibles con el parque móvil actual, para cualquier tipo de transporte, y con las infraestructuras de distribución y repostaje existentes, por lo que para su uso no es necesario acometer inversiones adicionales.
En 2030, Repsol tendrá una capacidad de producción de más de dos millones de toneladas, lo que le posicionará como una empresa líder en la producción de estos combustibles en España y en Europa.
Biocombustibles
Repsol fabrica y comercializa biocombustibles desde hace décadas, en concreto el Complejo industrial de A Coruña tiene una producción ya consolidada de combustibles de baja huella de carbono. En el proceso de biogasolinas se utiliza bioetanol y en la fabricación de hidrobiodiésel se usa como materia prima aceite vegetal (VO). En otros productos también se incorpora éster metílico de ácido graso (FAME).
La economía circular con el incremento de la producción de biocombustibles y otros productos de menor huella de carbono, así como la eficiencia energética, el hidrógeno renovable, el biometano, las modificaciones en unidades e implementación de nuevas tecnologías para reducir emisiones CO2, y la digitalización, son los ejes entorno a los que gira la transformación que está llevando Repsol en su complejo coruñés para convertirlo-al igual que el resto de centros industriales- en polos multienergéticos descarbonizados.
Economía circular que permite utilizar residuos de diferente naturaleza como materia prima para fabricar, entre otros productos, combustibles renovables, fundamentales para reducir la huella de carbono en todos los sectores del transporte.
De este modo, en 2021 el complejo coruñés incrementa su capacidad de producción de diésel renovable a partir de residuos, utilizando por primera vez aceite de cocina usado para coprocesarlo con aceite vegetal y otros componentes, procesándose en una unidad desulfuradora para transformarse en hidrobiodiésel (HVO). En el año 2022 utilizó más de 195.000 toneladas de materia prima bio de distintos tipos para fabricar biocombustibles y en 2023 aumentaron hasta 225.000 toneladas. Además, se ha puesto en marcha una nueva infraestructura en el Complejo Industrial que ha supuesto una inversión de más de 3 millones de euros y que permite la recepción continua de residuos lipídicos a través camiones cisterna, añadiendo esta nueva vía a los que llegaban por barco.
Apuesta por la economía circular
El aceite de cocina usado se convierte de residuo a materia prima, pero aunque su recolección en el sector profesional es bastante elevada, la mayor parte del aceite de cocina usado doméstico aún no se recupera. Actualmente se generan unas 180.000 toneladas de este aceite usado cada año en España, de los cuales se recolectan menos del 5%.
Para ayudar a la concienciación y la correcta gestión de este residuo, Repsol ha puesto en marcha una iniciativa para recoger aceite usado doméstico en sus estaciones de servicio. A partir del pasado mes de diciembre, en colaboración con la Xunta, ya está en marcha la campaña en Galicia donde se han instalado más de 180 puntos de recogida de aceite de cocina usado en las estaciones de servicio Repsol.
Para la adecuada gestión de este residuo tras su recogida la compañía ha contratado en Galicia a Mulleres Colleiteiras, una cooperativa social coruñesa sin ánimo de lucro formada por mujeres en situación de vulnerabilidad. Esta entidad cuenta con la certificación bajo el esquema ISCC EU, que garantiza la trazabilidad y sostenibilidad del residuo.
Con esta iniciativa que ya está presente en la Comunidad de Madrid, Galicia y Castilla- La Mancha, Repsol facilita la gestión sostenible de este residuo y promueve la economía circular, al utilizar posteriormente el aceite de cocina usado como materia prima para producir combustibles renovables. Con un litro de aceite de cocina usado se fabrican 0,9 litros de combustible renovable.
600 Estaciones de servicio con combustible 100%renovable
Los combustibles renovables ya están presentes en todas las estaciones de servicio en España en un contenido de más de 10% de materia bio de los combustibles que se venden, conforme a la legislación vigente.
Pero Repsol, dentro de su estrategia multienergía, y como compañía líder en España ha decidido ser la primera en poner a disposición de los clientes un nuevo producto 100% renovable, producido a partir de residuos orgánicos y aceite de cocina usado, que se suma a la amplia oferta de movilidad que ya ofrece Repsol (movilidad eléctrica, AutoGas, GNC/GNL y carburantes Neotech).
En la actualidad, Repsol suministra combustible 100% renovable en 100 estaciones de servicio en las principales ciudades y corredores de transporte de la Península Ibérica, pero la compañía superará las 600 estaciones de servicio con esta tipología de carburante a finales de 2024. Acelera así su apuesta por los combustibles renovables, que son una de sus principales palancas para acelerar la reducción de emisiones del transporte y conseguir el objetivo de convertirse en una compañía cero emisiones netas en 2050.
La compatibilidad con la flota actual ha hecho que Repsol se haya aliado con compañías líderes en el sector del transporte pesado por carretera en España y Portugal, como Sesé, XPO, Serveto, Havi, Joanca, Carreras, Rhenus y Luis Simoes que cuentan con clientes finales como Coca Cola, Freixenet y Seat; con empresas del sector del transporte de pasajeros en España, como Alsa o Avanza; además de instituciones y gobiernos autonómicos como el de la Comunidad de Madrid, la Región de Murcia, Castilla-La Mancha, Aragón y la provincia de Granada (Andalucía) para impulsar el uso de combustibles renovables en la movilidad.
Repsol se ha marcado el objetivo de alcanzar la producción de 1,3 millones de toneladas de combustibles renovables en 2025 y 2 millones de toneladas en 2030. Para ello, está actualmente poniendo en marcha en Cartagena la primera planta de la Península Ibérica dedicada exclusivamente a la producción de biocombustibles avanzados a partir de residuos. Fabricará anualmente 250.000 toneladas con las que se evitarán la emisión de 900.000 toneladas de CO2 al año. Posteriormente se implantará una segunda instalación en Puertollano en 2025, que producirá 240.000 toneladas de combustibles renovables y continuará con nuevas instalaciones en otros centros industriales de la compañía.